miércoles, octubre 29, 2008

Al Final del Túnel

Existen dos aliados fundamentales en la permanencia de Manuel Burga en la Federación Peruana de Fútbol: la torpe oposición de los que lo quieren sacar a toda costa y la falta de un líder real de oposición.
Sabido es que los intentos iniciales para defenestrar a Manuel Burga vinieron del lado más oscuro del fútbol peruano, representado Alfredo Gonzales y secundado por congresistas de hoy ninguna recordación. Basados en investigaciones mal sustentadas y sanciones jaladas de los pelos, sólo han logrado ser sustento para Manuel Burga de una existente y torpe persecución politizada por aquellos congresistas. Esta tendencia es hoy liderada por el congresista Reggiardo a quien seguramente en unos años tampoco recordemos más que por ser el responsable de aumentar el peso electoral de las Ligas Departamentales y servir nuevamente de aliado involuntario de Manuel Burga.
Por el otro lado, quien debió liderar la oposición ala FPF, importunamente decidió asumir el rol ejecutivo que su cargo exige y dejar la politiquería de lado en la ADFP. Nos referimos a Rafael Riso-Patrón y no tenemos nada que cuestionarle.
Los clubes profesionales se concentraron en el torneo y el IPD en sus Panamericanos, mini-obras e infraestructura, pero afortunadamente mantuvieron una posición firme dejaron solo a Manuel Burga quien muy mal rodeado comenzó a ahogarse en sus propios errores.
Juvenal Silva y su comisión seleccionadora -con todos sus errores- destrozaron cualquier opción de clasificación y nos humillaron, dejando luego de su salida sólo la satisfacción de un equipo sin jerarquía pero que deja todo en la cancha.
El caso del Instituto Huapaya es algo que aún no puedo entender, delito o no, aún nadie se explica algo tan simple como porqué tenía que firmar el padre Pacheco y no el hijo. Un golpe mediático responsabilidad absoluta de la FPF.
El extraño accionar en el caso de la resolución que elimina la suspensión automática por falta de pago a los jugadores y la autorización de participación de Municipal y Total Clean sin haber cancelado deudas de años anteriores, han sido manejadas en el ámbito interno, sin embargo comienzan a deteriorar la impecable imagen de Manuel Burga en la FIFA y sembrar dudas sobre la antes monolítica defensa a su mandato.
Un reflejo del debilitamiento de la posición de Manuel Burga en el ámbito internacional es la inminente pérdida del Sudamericano Sub-20.
Mientras Manuel Burga a través de medios amigos propalaba la versión de que el problema personal con Arturo Woodman y la decisión de no ceder los estadios para dicho certamen nos estaba descalificando, Eugenio Figueredo decía a medios uruguayos y conversaciones privadas lo que hoy es público, el Sudamericano no realizaría en Perú porque la FPF no tiene representación legal.
Pero el peor enemigo de Manuel Burga es el propio Manuel Burga, porque sus propios errores han llevado a la FPF a la situación de no reconocimiento por parte de la SUNARP, comenzando por su soberbia al no defenderse adecuadamente en el Tribunal de Justicia y Honores del Deporte quien lo inhabilitó en un fallo evidentemente tirado de los pelos, cuyo efecto subestimó, y que a la larga fue causante de su rompimiento con Arturo Woodman, quien hasta ese momento era uno de sus mejores aliados.
Otros errores en el llamado a elecciones, formas y prolongación de mandato no pueden ser achacados a terceros y son de propia responsabilidad.
Hoy con el innegable impacto personal internacional que le causaría la pérdida del Sudamericano, en una situación financiera que se vuelve públicamente insostenible e incapaz de defender el patrimonio de la FPF ante su falta de representación judicial parece que nos acercamos al final del túnel.
Amenazas de desafiliación se vuelven a cernir sobre nosotros, pero esta vez tenemos que ser muy claros en demostrar donde está la responsabilidad.
Sin embargo, Manuel Burga no es el problema, él es una consecuencia del sistema y mientras no lo entendamos la situación no va a mejorar.
Vienen cambios obligados por la FIFA en el estatuto de la FPF con segura amenaza de acatar o desafiliar y ese será el punto de quiebre, ojalá para ese día los clubes asuman su rol y esas modificaciones traigan gracias a una inteligente negociación los cambios que el fútbol peruano necesita para reencontrar su camino.